Visita de los Reyes de
Oriente
Lectio de Mateo 2 del 1 al 12
Lectio de Mateo 2 del 1 al 12
En silencio delante de
Dios
Si escuchamos como oración
la Palabra de Dios, debemos hacerlo muy atentamente,
lo que exige que tu escuchar esté orientado a sólo Dios, con toda la
disponibilidad de la que es capaz tu corazón. La calidad de la oración depende
mucho de la atención que pongamos. Hemos escuchado que la atención es “la esencia
de la oración”. Si tú buscas a Dios de forma sincera, honesta, correcta, no
podrás menos que encontrar a Dios. Hoy, en este domingo en el que Dios se
manifiesta como luz de los hombres, queremos pedir al Señor “la pasión de
escucharlo” para que se nos pueda manifestar en todo su ser.
La Palabra se ilumina
a) El contexto del
pasaje:
Si en el primer capítulo del
evangelio de Mateo el intento del evangelista es mostrarnos la identidad de
Jesús (o quién es Jesús), en el segundo, nos muestra el misterio de la figura
de Jesús y lo hace enlazándolo con algunos lugares que señalan el comienzo de
su vida terrenal.
El pasaje litúrgico de este domingo contiene el principio del capítulo 2 de Mateo (2,1-29) al que le siguen otros tres cuadros narrativos, a saber: la fuga a Egipto (2,13-15): la matanza de los inocentes (2,16-18) y el regreso a Egipto (2,19-23).
Para una mejor comprensión del mensaje en 2,1-13 resulta más provechoso subdividir el relato de los Magos en dos partes siguiendo el criterio de los cambios de lugar: Jerusalén (2,1-6) y Belén (2, 7-12). Debemos aclarar que en el corazón de la historia de los Magos encontramos una cita bíblica que focaliza la importancia de Belén en este período de la infancia de Jesús. “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá: pues de ti, saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo, Israel” (Mt 2,6).
Las dos ciudades constituyen el fondo de esta epopeya de los Magos y están unidas por dos hilos temáticos: la estrella (vv 2.7.9.10) y la adoración del Niño (vv 2.11).
El pasaje litúrgico de este domingo contiene el principio del capítulo 2 de Mateo (2,1-29) al que le siguen otros tres cuadros narrativos, a saber: la fuga a Egipto (2,13-15): la matanza de los inocentes (2,16-18) y el regreso a Egipto (2,19-23).
Para una mejor comprensión del mensaje en 2,1-13 resulta más provechoso subdividir el relato de los Magos en dos partes siguiendo el criterio de los cambios de lugar: Jerusalén (2,1-6) y Belén (2, 7-12). Debemos aclarar que en el corazón de la historia de los Magos encontramos una cita bíblica que focaliza la importancia de Belén en este período de la infancia de Jesús. “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá: pues de ti, saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo, Israel” (Mt 2,6).
Las dos ciudades constituyen el fondo de esta epopeya de los Magos y están unidas por dos hilos temáticos: la estrella (vv 2.7.9.10) y la adoración del Niño (vv 2.11).
b) El texto:
1 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey
Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, 2 diciendo:
« ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el
Oriente y hemos venido a adorarle.»3 Al oírlo el rey Herodes se
sobresaltó y con él toda Jerusalén. 4Convocando a todos los
sumos sacerdotes y escribas del pueblo, les preguntaba dónde había de nacer el
Cristo. 5 Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así
está escrito por el profeta:
6 Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá;
porque de ti saldrá un caudillo
que apacentará a mi pueblo Israel.»
7 Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. 8 Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.» 9 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. 11 Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. 12 Y, avisados en sueños que no volvieran a Herodes, se retiraron a su país por otro camino.
6 Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá;
porque de ti saldrá un caudillo
que apacentará a mi pueblo Israel.»
7 Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. 8 Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.» 9 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. 11 Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. 12 Y, avisados en sueños que no volvieran a Herodes, se retiraron a su país por otro camino.
Para una lectura atenta
a) El simbolismo de la
estrella:
Los Magos, astrólogos
orientales, dedicados a la astrología y a la predicción del destino, a veces
interrogaban a los astros. Ahora, llegados a Jerusalén dicen que han “visto su
estrella en su levantar”. El término “levantar”, en griego anatolê,
significa, sin artículo, el Oriente (el punto cardinal por donde se levanta el
sol); pero en el texto griego está el artículo y esto significa el surgir de un
verdadero y propio astro. La confirmación de esto nos viene dada por
un texto bíblico: “surgirá un astro de Jacob y se levantará un hombre de
Israel” (Num 24,17). La estrella se convierte en figura del nuevo rey apenas
nacido y les guía al lugar donde ha nacido y se encuentra. Interesante es
anotar que esta estrella, no es visible en Jerusalén, sino que vuelve a
aparecer a los Magos mientras ellos se alejan de la ciudad. La estrella es,
verdaderamente el elemento más significativo del relato.
Primero de todo, los Magos
en su largo caminar no han seguido a la estrella, sino más bien la han visto
levantarse y enseguida la han asociado con el nacimiento del Mesías. Además el
viaje no era hacia lo desconocido, sino que tenía como meta a Jerusalén, la
ciudad a la cual acuden en peregrinación todos los pueblos de la tierra según
el profeta Isaías.
La ciudad, a esta noticia de
los Magos que vienen para adorar al Mesías, se conturba y se agita. Los habitantes
de Jerusalén no parecen muy entusiasmados y no se preocupan lo más mínimo de
rendir homenaje al “nacido rey de los judíos”. Sino que, para colmo de la
indiferencia, Herodes proyecta matarlo.
Aunque en Is 1-6 la ciudad
de Jerusalén está llamada a “levantarse y acoger la gloria del Señor”, ahora en
Mateo se asiste a una reacción de rechazo por parte del rey y de Jerusalén con
relación al Mesías nacido en Belén. Tal conducta prefigura el comienzo de las
hostilidades que llevarán a Jesús a ser condenado precisamente en Jerusalén. No
obstante tal reacción, que impide a los Magos acercarse a la salvación
precisamente en la ciudad elegida para ser instrumento de comunión de todos los
pueblos de la tierra con Dios, los acontecimientos del nacimiento de Jesús se
trasladan a Belén. Dios que guía los sucesos de la historia hace que se vayan
de Jerusalén los Magos, que se pongan en camino y encuentren al Mesías, en la
ciudad que fue patria de David, Belén. En esta ciudad David había recibido la
investidura real con la unción dada por Samuel, ahora, por el contrario, el
nuevo rey recibe una investidura divina: no con óleo, sino en el Espíritu Santo
(1,18.20). A esta ciudad suben ahora los pueblos, representados por los magos,
para contemplar el Emmanuel, el Dios con nosotros, y para hacer toda experiencia
de paz y de fe...
b) El simbolismo del
camino de los magos:
i) Un camino lleno de
dificultades, pero que al final termina con éxito
El motor de su itinerario es
el aparecer de una estrella, asociada enseguida al nacimiento de un nuevo rey: “hemos
visto su estrella en el Oriente”. La estrella es aquí sólo una señal, un
indicio que comunica a los Magos la iniciativa de ponerse en camino. Al
principio puede ser que estén movidos por la curiosidad, pero enseguida esta
curiosidad se transformará en deseo de búsqueda y descubrimiento. Se da el
hecho que aquel indicio de la estrella ha conmovido a los personajes y los ha
empujado a buscar para encontrar una respuesta: ¿quizás a un profundo deseo?
¡Quién lo sabe! El texto muestra que los Magos tienen en el corazón una
pregunta y que no temen repetirla, haciéndose inoportunos: “¿Dónde está el rey
de los Judíos?”
La pregunta se la hacen al
rey Herodes e, indirectamente, a la ciudad de Jerusalén. La respuesta viene
dada por los expertos, sumos sacerdotes, escribas: es
necesario buscar el nuevo rey en Belén de Judá,
porque así lo ha profetizado Isaías: “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no,
la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo
que apacentará a mi pueblo Israel” (Mt 2,6). El texto profético
sale al encuentro de las dificultades de los Magos: la Palabra de Dios se
convierte en esa luz necesaria para su camino.
En la fuerza de aquella
información, sacada de la profecía de Isaías, y confortados por el reaparecer
de la estrella, los Magos emprenden de nuevo el camino teniendo como meta
Belén. La estrella que los guía se para sobre la casa en la que se encuentra
Jesús. Es extraño que los que viven en Belén o en los alrededores de la casa en
la que se encuentra Jesús no vean aquella señal. Además, aquellos que poseen la
ciencia de las Escrituras conocen la noticia del nacimiento del nuevo rey de
Israel, pero no se mueven para ir a buscarlo. Al contrario, la pregunta de los Magos había,
más bien, provocado en sus corazones miedo y turbación. En definitiva, aquellos
que están cerca del hecho del nacimiento de Jesús no se dan cuenta de lo que ha
ocurrido, mientras los lejanos, después de haber recorrido un accidentado
camino, al final encuentran lo que buscaban. Pero en realidad, ¿qué es lo que
ven los ojos de los Magos? Un niño con su madre, dentro de una pobre casa. El
astro que los acompañaba era aquel sencillo y pobre niño, en el cual reconocen
al rey de los judíos.
Se postran delante de Él y
le ofrecen dones simbólicos: oro (porque se trata de un rey); el incienso (porque
detrás de la humanidad del niño está presente la divinidad); mirra (aquel astro
es un hombre auténtico destinado a morir).
ii) El camino de los
Magos: un camino de fe:
No es un error pensar, que
lo realizado por los Magos haya sido un auténtico camino de fe, mucho más, ha
sido el itinerario de aquéllos que, aunque no pertenecen al pueblo elegido, han
encontrado a Cristo. Al comienzo de un camino hay siempre una señal que pide
ser vista allí donde todo hombre vive y trabaja. Los Magos han escrutado el
cielo, que para los que creemos, es la sede
de la divinidad, y de allí han tenido una señal: una estrella. Pero para
comenzar el recorrido de fe no basta escrutar los signos de la presencia de lo
divino. Un signo tiene la función de levantar o hacer nacer el deseo, que se necesita
para realizar un arco de tiempo, un camino de búsqueda, una espera. Es por ello
muy significativa la expresión con la que Edith Stein describe su camino de fe: “Dios es la verdad. Quien busca la verdad, busca a
Dios, conscientemente o no”.
Un verdadero deseo provoca
preguntas. Los Magos, por su parte, encuentran a Jesús porque tienen en su
corazón fuertes interrogantes. Tal experiencia del encuentro con Jesús es,
verdaderamente, una provocación para la pastoral: se impone la necesidad de no
privilegiar una catequesis hecha de certezas o preocupada por ofrecer
respuestas prefabricadas, sino más bien, se trata de despertar en el hombre de
hoy preguntas significativas sobre cuestiones cruciales de la humanidad. Es lo
que sugiere un obispo del centro de Italia en una carta pastoral: “Presentar a
Cristo y al Evangelio en conexión con los problemas fundamentales de la
existencia humana (vida-muerte, pecado – mal; justicia-pobreza, esperanza – desilusión,
amor – odio, relaciones interpersonales
familiares, sociales,
internacionales...), donde se evita lo desfasado entre las preguntas de la
humanidad y nuestras respuestas”. (Mons. Lucio María Renna)
La respuesta, como nos
enseña la experiencia de los Magos, se encuentra en la Biblia. Y no se trata
sólo de un conocimiento intelectual o de un saber acerca del contenido de las
Escrituras, como en el caso de los escribas, sino en un acercarse a ella guiado
por el deseo, por la pregunta. Para los Magos aquella indicación contenida en
las S. Escrituras fue iluminadora para cumplir la última etapa de su camino:
Belén. Además la Palabra de Dios les permitió ver en los sencillos y humildes
signos de una casa, del niño con María, su madre, al rey de los judíos, el
esperado de Israel.
Los Magos adoran y descubren
en Jesús a aquel que habían con tanta ansia buscado. El lector, por un lado se
sorprenderá por la desproporción existente entre los gestos y dones de los
Magos y la humilde realidad que se presenta a sus ojos; pero…, por otra parte,
está seguro que aquel niño, que los Magos adoran es precisamente el Hijo de
Dios, el esperado Salvador del mundo. Y así el itinerario se convierte en
itinerario de todo lector que lee esta significativa historia de los Magos:
quien busca, aunque parezca que Dios está lejos, puede encontrarlo. Aquéllos
que, por el contrario, presumen de saber todo de Dios y creen tener asegurada
la salvación, corren el riesgo de privarse del encuentro con Él. Además la
experiencia de los Magos nos enseña que en toda cultura, en todo hombre hay
esperanzas profundas que necesitan ser saciadas. De aquí la responsabilidad de
leer los signos de Dios presentes en la historia de los hombres.
Para meditar
- Después de la lectura de
este pasaje del evangelio ¿estoy disponible a revivir el camino de los Magos?
- ¿Qué dificultades encuentras en el profundo conocimiento de Jesucristo? ¿Cómo puedes superarlas?
- En tu búsqueda de la verdad ¿sabes confiarte, ponerte en camino y a la escucha de Dios?
- A la luz de la Palabra, ¿qué cosa puede cambiar en tu vida?
- ¿Qué dificultades encuentras en el profundo conocimiento de Jesucristo? ¿Cómo puedes superarlas?
- En tu búsqueda de la verdad ¿sabes confiarte, ponerte en camino y a la escucha de Dios?
- A la luz de la Palabra, ¿qué cosa puede cambiar en tu vida?
Gracias Madre Admirable por
habernos traído a tu Hijo Amado, y con Él, sus palabras de amor sin medida, sus
enseñanzas y por si eso fuera poco, con su muerte humana en la Cruz, nos regaló
la Vida Eterna que habíamos perdido. AMEN
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